Nos gusta comer y ante todo almorzar, el nostre “esmortzaret” sagrado, como lo es acudir al bar, donde cada día la gente se reencuentra para disfrutar de los sabores de nuestros productos autóctonos.
Y lo mejor de este ritual es el final, cuando llega el momento del Cremaet, y como no podía ser de otra manera, aquí lo quemamos todo, hasta lo que bebemos.
Así pues, es nuestro Cremaet una mezcla de azúcar, ron, lima, canela y café; quemándose el ron para que con ello queme además el azúcar y saque así todos los sabores.
Su aroma, su textura, su inconfundible sabor es el resultado de años de tradición.
Antiguamente, los jornaleros y después de almuerzos y comida, consumía Cremaet como ritual imprescindible de la cultura popular.
Y es hasta nuestros días la tradición y somos nosotros los que mejor la hemos sabido plasmar, con un sabor inconfundible y una elaboración auténtica y genuina.
En cada barra de bar, en cada mesa, en cada casino, en cada peña, en cada Casal, en cada cavila, en cada colla hay un Cremaet.
Nuestro pasado es nuestro presente y será nuestro futuro.
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